Pensamiento de la Semana

JESÚS dijo en una ocasión: “...Yo he venido para que tengan vida y la tengan en abundancia” (Juan 10:10b). Cuando pienso en esto, no puedo sino llegar a la conclusión, de que el propósito de Dios para con el hombre va mas allá del hecho de proporcionarle existencia física (vida), va hasta el hecho de que Él desea que esta existencia física o vida sea abundante, es decir, que sea plena, rebosante, que posea más de lo necesario de aquellas cosas que realmente proporcionan bienestar a los hombres.

El Hogar, fuerza o debilidad de una Nación

El hogar es la célula de la sociedad. Esta se construye o se desmorona de acuerdo a lo que ocurra en el hogar.

Si el hogar se construye sobre bases morales y espirituales firmes, tendremos familias sólidas y felices, tendremos una sociedad estable, pujante y creciente en todos sus ámbitos.

Si el hogar tiende a la anarquía (donde cada quién hace lo que bien le parece), si tiende a la violencia, se fractura o se desintegra, no esperemos que en la sociedad ocurra algo distinto, pues todo lo bueno o lo malo en una nación comienza en el hogar.

Si hay violencia en el hogar, la habrá en las calles. Si hay inmoralidad en el hogar, la habrá en la sociedad. Si hay carencia de valores en el hogar, de seguro que la nación sufrirá los embates de una descomposición social.

Me atrevo a decir que todo lo bueno o lo malo en un país tiene como epicentro “EL HOGAR”.

¿Harás algo al respecto?

“La fuerza de una nación está en proporción directa a la fuerza de sus familias.”

Juan Carlos y Lismary de Rada
Hacia una Vida Abundante