Y él [Jesús] se apartó de ellos a distancia como
de un tiro de piedra; y puesto de
rodillas oró, diciendo: Padre, si quieres,
pasa de mí esta copa; pero no se
haga mi voluntad, sino la tuya.
Y se le apareció un ángel del cielo para
fortalecerle.
Y estando en agonía, oraba más intensamente; y era su sudor como grandes gotas de sangre
que caían hasta la tierra. (Lucas 22:41-44)
La oración final de Jesús fue por ti. Su dolor
final fue por ti. Su pasión final fue para ti. Antes de ir a la cruz, Jesús fue
al huerto. Y cuando habló con su Padre, tú estabas en sus oraciones.
Y Dios no podía darte la espalda. No podía porque
Él te vio. Y bastó que te mirara una vez para convencerse. Estabas exactamente
en medio de un mundo que no es justo. Te vio caer en medio de un río de la vida
que no solicitaste. Te vio traicionado por personas que amabas. Te vio con un
cuerpo que se enferma y un corazón que se debilita.
En vísperas de la cruz, Jesús tomó la decisión.
Prefería ir al infierno por ti que al cielo sin ti.
(Escrito por Max Lucado, tomado del libro "Gracia para todo
Momento")
Y tú ¿Qué decides?, Jesús escogió la cruz para
que tu y yo tengamos la oportunidad de ir al cielo y no al infierno. Jesús escogió
la cruz porque nos amó tan profundamente, que prefirió pagar el precio que
demandaba la justicia de Dios por causa de tu pecado y el mío. Eso se llama “REDENCIÓN”.
Está a nuestra disposición, a nuestro alcance, la Biblia dice:
"El mensaje de Dios está cerca de ti;
está en tu boca y en tu corazón. Y ese mismo mensaje es el que les traemos: que
debemos confiar en Dios. Pues si ustedes reconocen con su propia boca que Jesús
es el Señor, y si creen de corazón que Dios lo resucitó, entonces se librarán
del castigo que merecen. Pues si creemos de todo corazón, seremos aceptados por
Dios; y si con nuestra boca reconocemos que Jesús es el Señor, Dios nos salvará”.
(Romanos 10:8-10 Biblia de Lenguaje Sencillo)
Quizás has probado con la religión de tus padres,
con las creencias tradicionales, con las creencias orientales, con eso de la
vibra o con la santería o cosas por el estilo. Yo te invito a creer en Jesús,
el que vivió, murió y resucitó, y que además vive por los siglos de los siglos.
Te invito a creer en el que te ha amado como nadie lo ha hecho ni lo hará
jamás. Te invito a creer en Jesús, a reconocer tu condición de pecado, a
aceptar que Su muerte en la cruz fue por ti, y que es el único remedio para tu
pecado; a invitarlo a entrar en tu corazón… Él te dará su perdón y te llenará
de su gran amor.
Te invito a probar con Jesús, Él no te
defraudará.
“El Evangelio no es una religión, es el estilo de
vida que Dios diseño para el hombre”
¡Vívelo!