El Matrimonio: Una Institución
Siempre
Vigente
Mucho se dice hoy en día acerca del matrimonio, se hacen
estudios, análisis, discusiones, fuertes críticas, chistes, etc.,
lamentablemente casi todo en un sentido negativo.
El deterioro de esta institución se hace evidente por la
convergencia de varios factores, entre ellos podemos mencionar, la siempre ascendente cifras de divorcios, de
cada dos matrimonios, uno termina en divorcio;
la alternativa que representan las uniones estables de hecho
(concubinatos), que según el Censo de Población y Vivienda del 2011 ascienden
al 27,9% entre los mayores de 18 años, la cultura del mal llamado amor libre
(uniones casuales) y añadiríamos la
falta de conocimiento de los esposos de cómo llevar la vida en pareja y hacer
funcionar de manera satisfactoria su
matrimonio, siendo estos algunos de los agravantes que consideramos desdicen de
la principal institución de la sociedad.
Al matrimonio se le
llama “Institución”, por ser uno de los órganos fundamentales del estado y de
la sociedad. No solo porque tenga carácter legal, sino porque posee una
relevancia moral única, al ser la familia, el centro de formación de valores y
principios para los individuos que conforman la sociedad, por lo que su
deterioro equivale al de la misma sociedad.
De allí que debamos prestarle suprema atención a lo que en
realidad es el matrimonio, conocer su naturaleza y propósito fundamental a fin
de contribuir a rescatarlo y aun trabajar para mejorar el nuestro.
En un micro radial de
“Hacia una Vida Abundante” expresamos que el matrimonio “Es la alianza entre un hombre y una mujer a
tal grado que lo insignificante no puede afectar a uno sin que afecte al otro.
Es cuidar del conyugue como se cuida de uno mismo. Es ser capaz de captar las
necesidades del otro por anticipado. Es ayudar a la otra persona a que llegue a
ser la totalidad de lo que puede llegar a ser”.
Es una relación de complementariedad, de integración y de
unidad total, tal como Dios la diseñó: “Por esto dejará el hombre a su padre y
a su madre y se unirá a su mujer y serán una sola carne”. (Génesis 2:24). Esta
afirmación sobre el matrimonio la encontramos en La Biblia, señalándonos que el
mismo fue institucionalizado mucho antes que las sociedades y sus avances
legales lo hicieran. Dios mismo lo hizo, luego de completar su magna creación,
y representa la perfecta respuesta divina a la profunda necesidad de compañía y
socialización del hombre.
El psicólogo y pastor Jorge Cota, llama al matrimonio “Una Monogamia
Apasionada”, recogiendo estas palabras el propósito de esta unión, brindar a
cada conyugue una relación totalmente satisfactoria y plenamente disfrutable,
siempre dentro del marco de la fidelidad y de la entrega mutua.
El rey Salomón, antiguo rey de la nación de Israel, catalogado
por el Señor Jesucristo como el hombre más sabio que ha existido, en sus
escritos llamados “Proverbios del rey Salomón”, nos dio una hermosa perspectiva
del matrimonio cuando escribió: “El que halla esposa halla el bien, y alcanza
la benevolencia de Jehová” (Proverbios 18:22). Que maravilloso sería que todos
pudiéramos concebir de esta manera la unión matrimonial y mejor aún que podamos
vivirla en la cotidianidad de nuestra convivencia. Que los esposos apreciemos a
nuestras esposas como un reflejo de la bondad, benevolencia o favor divino,
como un tesoro que Dios mismo nos ha dado. Que las esposas aprecien a sus
esposos, como hombres a quienes Dios ha querido bendecir, nada más y nada menos
que a través de ustedes.
Finalmente queremos citar la enseñanza del Señor Jesús,
quien al ser emplazado acerca del divorcio dijo: “Lo que Dios unió no lo separe
el hombre” (Evangelio de San Mateo 19:6). Sus palabras refieren el corazón de
su enseñanza: El matrimonio fue divinamente concebido para durar toda la vida,
de allí que el divorcio sea tan destructivo.
Cuando entones hablamos de matrimonio, no solo nos referimos
a una “Institución” como un simple órgano social, ni tampoco como el evento que
en determinada fecha y lugar se realiza, o al requisito moral que muchas
familias exigen.
Cuando hablamos de matrimonio nos referimos a la estructura
social más antigua de la humanidad, divinamente establecida con el fin de
proveer al ser humano el núcleo primario de socialización, un entorno de
formación de valores, una relación de integración y complementariedad para los
conyugues y un compartir tan amoroso y apasionado que no quede espacio para
nada ni nadie más que quienes lo conforman.
Por estas razones debemos trabajar desde nuestros núcleos
familiares por darle la relevancia que amerita y fomentar relaciones de pareja
saludables que brinden una estabilidad emocional a nuestros hijos y modelos
para una sociedad que necesita volver a los principios establecidos en la
Palabra de Dios.
Juan Carlos y Lismary
de Rada
La Familia: El Sueño De Dios
El sueño de Dios es una FAMILIA unida en amor, para siempre.
El sueño de Dios cuando creó al hombre y la mujer a su imagen y semejanza y les dio la capacidad de reproducirse en la misma especie, queda absolutamente claro: EL quería tener una familia, una gran familia alrededor de todo el mundo.
Igualmente una familia comienza por medio del matrimonio de un hombre y una mujer, y comienza con un sueño: el sueño de amar y ser amado, de vivir una vida juntos, trabajar, tener hijos, disfrutar de todas las cosas buenas de la vida, enfrentar las circunstancias de la vida juntos y terminar viejitos amándose y felices.
Este es el sueño de Dios y es también el sueño de las parejas al comenzar la relación. Pero lamentablemente a-través de la vida, este sueño enfrenta muchos obstáculos y muchos se desaniman, no saben como superar los obstáculos, y pierden el sueño. Se dan por vencidos en algún momento de la vida del matrimonio. Y la principal razón por la que se dan por vencidos y abandonan el sueño que un día los unió, es porque no saben cómo manejar los conflictos, no buscan ayuda adecuada a tiempo y se desesperan.
Gen 1:27-28: Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó. Los bendijo Dios y les dijo: «Fructificad y multiplicaos; llenad la tierra y sometedla; ejerced potestad sobre los peces del mar, las aves de los cielos y todas las bestias que se mueven sobre la tierra.
Como es un sueño primeramente de Dios, EL estableció las reglas sobre las cuales debe funcionar. Y quienes siguen las instrucciones de Dios, alcanzan un matrimonio saludable y una familia estable y feliz. Es una rebeldía tratar de manejar el matrimonio a la manera de cada quién. Dios ya dejó escrito lo que funciona y como funciona. EL nos diseñó y EL sabe perfectamente como funcionamos. Por lo tanto si queremos que nuestros matrimonios funcionen, tenemos que hacerlo a la manera de Dios.
Como todo sueño, para que se haga realidad, debe de tener una Visión, una Misión. La Visión la aporta Dios como diseñador y creador de la raza humana. La misión la desarrollamos cada pareja, siguiendo la visión de Dios y con una importante cuota de Trabajo, Esfuerzo, Capacitación y una Actitud sabia y correcta.
Todo sueño pasa pruebas. Y tenemos que entender que esto es normal. Y tenemos que entender sobre todo que en los tiempos de pruebas es cuando más debemos unirnos los esposos, orando juntos, asistiendo a la Iglesia regularmente, buscando la ayuda correcta en el momento oportuno.
Nunca permitas que nada ni nadie te robe tu más preciado sueño: tener una familia saludable. No permitas que el orgullo y el egoísmo te roben el sueño de disfrutar de una familia estable. Nunca permitas que el enojo y el resentimiento destruyan tu sueño más preciado. No dejes que el pasado destruya este sueño familiar.
Si has perdido fuerzas para luchar por tu matrimonio, hoy te exhortamos a que no te rindas jamás. Nunca abandones el sueño de Dios y tu sueño de tener una familia saludable. Si has flaqueado, levántate hoy con nuevas fuerzas, clama al Señor por fortaleza y sabiduría y trabaja fuerte por la sanidad y restauración total de tu matrimonio y tu familia. Luego pídele perdón a tu cónyuge por haber considerado la opción del rompimiento como una opción normal. Oren juntos y tomen la decisión de luchar por su matrimonio con las fuerzas y las herramientas del Señor. Y oren para que este sueño de Dios impacte sus vidas.
Luis Y Hannia Fernandez
www.libresparaamar.org
matrimonios@libresparaamar.org
La Familia: El Sueño De Dios
¿Qué es el Matrimonio?
La principal institución de la sociedad es el matrimonio. Este ha sido objeto de estudios, análisis, discusiones, fuertes críticas y hasta de chistes.
Pero, ¿Tienes idea de lo que realmente es?
Yo diría que El Matrimonio, es la alianza entre un hombre y una mujer a tal grado que lo insignificante no puede afectar a uno sin que afecte al otro. Es cuidar del conyugue como se cuida de uno mismo. Es ser capaz de captar las necesidades del otro por anticipado. Es ayudar a que la otra persona llegue a ser la totalidad de lo que pueda llegar a ser.
Martín Lutero, uno de los grandes reformadores del siglo XVI dijo: “No hay una relación más amorosa, amigable, encantadora y de compañía que la de un buen matrimonio”.
Juan Carlos y Lismary Reyes de Rada.
Fundación HAVIDAB
haciaunavidaabundante@gmail.com
Matrimonio Duradero I
¿Sabías que una investigación realizada en siete países, reveló que para lograr una larga convivencia conyugal es importante sentir que casarse es para toda la vida?
Si deseas casarte y tener un matrimonio duradero, aquí tienes algunos consejos:
- · Debes entender que el matrimonio es una unión para toda la vida.
- · Deberás tener responsabilidad por tu conyugue y tus hijos.
- · Ambos deberán poseer concepciones similares del mundo, de valores y principios.
- · Deberán desarrollar una gran disposición para resolver las crisis que se dan en la vida conyugal.
- · La preocupación del uno por el otro, por sus necesidades, sentimientos y felicidad será determinante.
- · Trabajen en llevarse bien con la familia y los amigos de cada uno.
- · Comprométanse a ser fieles.
Por último, ten esto presente: “Un buen hogar se construye con sabiduría y se basa en la inteligencia” (Prov. 24:3).
Juan Carlos y Lismary Reyes de Rada.
Fundación HAVIDAB
haciaunavidaabundante@gmail.com
Matrimonio Duradero II
Según estudios que se han realizado en algunos países, se concluye que para que una unión matrimonial perdure son necesarios algunos ingredientes adicionales al fundamental que es el amor. Hay aspectos propios de la intimidad conyugal que debemos cultivar para que nuestro matrimonio sea duradero.
Algunos de estos ingredientes son:
- · La Confianza: la cultivamos siendo honestos, fieles y teniendo fe en el otro.
- · El Respeto: se obtiene aceptando a tu pareja tal como es.
- · La Comunicación: se logra cuando nos abrimos al diálogo, siendo capaces de compartir nuestras ideas, planes, emociones y pensamientos más profundos sin temor de la reacción o respuesta de nuestro conyugue.
- · Habilidad para expresar el Amor: El amor no es solo palabras, hay que demostrarlo con hechos.
Practicando y cultivando día a día cada uno de estos aspectos lograras tener un matrimonio duradero.
Juan Carlos y Lismary Reyes de Rada.
Fundación HAVIDAB
haciaunavidaabundante@gmail.com
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