Al
Individuo: La Integridad
Es sorprendente ver lo dado
que somos al facilismo, a las vivezas, a la obtención de beneficios con muy
poco o ningún esfuerzo.
Si
nos dan de más en el cambio, lo metemos al bolsillo. Si encontramos un celular
extraviado, no lo devolvemos. Si nos toca hacer una cola para algo, buscamos la
manera de colearnos. Si al cobrarnos una compra, el vendedor se equivoca en la
cuenta, nos quedamos callados.
Lo
peor de todo es que actitudes como estás se han convertido en algo “NORMAL”,
cotidiano y hasta propio de nuestro hecho cultural.
Tal
parece que la Integridad
es la gran ausente en nuestra escala de valores.
El
rey Salomón, quien fuera el hombre más rico y sabio de su época escribió el
siguiente Proverbio:
“Es mejor ser pobre
y honesto, que necio y embustero”.
A la
Sociedad: La Ley de la Siembra y Cosecha
La Corrupción es la práctica que consiste
en la utilización de los cargos, las funciones y los medios ajenos de los que se
dispone, en provecho particular de sus gestores, ya sea en lo económico o de
otra índole.
Este
mal aqueja, tanto a gobernantes como a ciudadanos comunes quienes están
dispuestos a hacer cualquier cosa con el fin de incrementar su riqueza o de
obtener algún beneficio por vía fraudulenta, siempre pensando que nada malo les
sucederá.
La verdad es, que todo beneficio obtenido
a expensas del perjuicio de otra persona o institución a la larga nos generará
más pérdida que la ganancia recibida en el momento. No piense pues que las
ganancias deshonestas, mal habidas o los negocios fraudulentos no recibirán su
justa retribución.
“La justicia
humana podrá cegarse pero la divina no”.
A los
Líderes de Gobierno: Un Buen Liderazgo
En la actualidad, uno de los
grandes problemas existentes a nivel mundial es la carencia de buenos líderes, y nosotros, en Venezuela, no somos la excepción.
Un Proverbio Bíblico dice: “Con dirigentes honrados y sensatos hay
estabilidad” (Prov. 28:2 BAD); Note usted, las cualidades que se resaltan
en los dirigentes: “Honradez y Sensatez”;
de igual manera, note que el resultado que generan estos líderes es “la estabilidad de la nación”.
La
estabilidad
ha de ser el puntal que nos permita sobrevivir como sociedad, en medio de tanta
conmoción y cambios que hoy vivimos, y solo la hallaremos por medio de un
liderazgo recto, integro, cuerdo y maduro. De allí que cobren tanta vigencia en
el día de hoy las palabras del Apóstol San Pablo al decir: “Recomiendo que se ore por los gobernantes y
por todas las autoridades, para que podamos vivir en paz y tranquilos,
obedeciendo a Dios y llevándonos bien con los demás” (1 Ti. 2:2).
“Las naciones,
los negocios y las familias solo son fuertes y permanecen cuando hay un buen
liderazgo que las conduzca”.
A las
Familias: El Hogar, fuerza o debilidad de una Nación
El hogar es la célula de la
sociedad. Esta se construye o se desmorona de acuerdo a lo que ocurra en el
hogar.
Si el hogar se construye sobre
bases morales y espirituales firmes, tendremos familias sólidas y felices,
tendremos una sociedad estable, pujante y creciente en todos sus ámbitos.
Si el hogar tiende a la
anarquía (donde cada quién hace lo que bien le parece), si tiende a la
violencia, se fractura o se desintegra, no esperemos que en la sociedad ocurra
algo distinto, pues todo lo bueno o lo malo en una nación comienza en el hogar.
Si hay violencia en el hogar,
la habrá en las calles. Si hay inmoralidad en el hogar, la habrá en la
sociedad. Si hay carencia de valores en el hogar, de seguro que la nación
sufrirá los embates de una descomposición social.
Me atrevo a decir que todo lo
bueno o lo malo en un país tiene como epicentro “EL HOGAR”.
¿Harás algo al respecto?
“La
fuerza de una nación está en proporción directa a la fuerza de sus familias”.
"Hacia
Una Vida Abundante"
Tlf.:
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