Pensamiento de la Semana

JESÚS dijo en una ocasión: “...Yo he venido para que tengan vida y la tengan en abundancia” (Juan 10:10b). Cuando pienso en esto, no puedo sino llegar a la conclusión, de que el propósito de Dios para con el hombre va mas allá del hecho de proporcionarle existencia física (vida), va hasta el hecho de que Él desea que esta existencia física o vida sea abundante, es decir, que sea plena, rebosante, que posea más de lo necesario de aquellas cosas que realmente proporcionan bienestar a los hombres.

Actitudes que revelan nuestros principios


Hay acciones que tendemos a menospreciar que afectan cosas mucho más importantes de nuestra vida, por ejemplo: “La Puntualidad”.

Cinco, diez, quince minutos más ¿qué tan grave es? de todas maneras los demás también llegan tarde. Pero, ¿qué implica este hábito?

Irresponsabilidad al no cumplir con un compromiso fijado, ya conocido por ti, no improvisado ni fuera de tu control.

Irrespeto, abusas de la persona que se comprometió contigo, aun cuando ella no sea puntual.

La impuntualidad te lleva a vivir al límite. Te levantas tarde, te arreglas tarde, sales tarde, corres para tratar de llegar a tiempo, lo que puede implicar poner en riesgo tu vida, tus bienes y la vida de otros a causa de imprudencias. Afectas tu salud, tu estado de ánimo y tus relaciones interpersonales.

Te irrespetas a ti mismo, cuando te dejas llevar por la actitud de los demás y no por principios, valores y criterios propios que dignifican al hombre. Esto indica que te amoldas, te haces al medio, al sistema que te rodea y no influyes de una manera positiva sobre ello, generando cambios con tu ejemplo.

Reflexiona, ¿Quieres ser parte del problema o de la solución?

En tus manos está.

Raúl A. Malavé

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