Pensamiento de la Semana

JESÚS dijo en una ocasión: “...Yo he venido para que tengan vida y la tengan en abundancia” (Juan 10:10b). Cuando pienso en esto, no puedo sino llegar a la conclusión, de que el propósito de Dios para con el hombre va mas allá del hecho de proporcionarle existencia física (vida), va hasta el hecho de que Él desea que esta existencia física o vida sea abundante, es decir, que sea plena, rebosante, que posea más de lo necesario de aquellas cosas que realmente proporcionan bienestar a los hombres.

Confiando en Dios para el Nuevo Año


En nuestro país, existen diversas tradiciones para recibir el año nuevo. Tal vez usted practique una de ellas.

Estas son algunas de las más comunes: “comer 12 uvas al momento de las doce campanadas, o comer lentejas para llamar a la fortuna y la prosperidad. Usar ropa interior amarilla, salir de casa con maletas después de las doce si desea realizar el viaje de sus sueños”.

En fin, muchas son las cosas que hace la gente para augurarse un año nuevo mejor.

Pero más allá de las tradiciones, quisiera motivarte a buscar a Dios, a creer y confiar en quien realmente te puede dar paz, felicidad, prosperidad, el cumplimiento de tus sueños y sobre todo una nueva vida.

Jesús dijo: “Yo he venido para que tengan vida, y la tengan en abundancia” (Juan 10:10b). Esta es una promesa segura.

Que el nuevo año sea para ti el comienzo de esa nueva vida que Jesús te ofrece hoy.

Lismary Reyes de Rada

Hacia una Vida Abundante en Navidad


Una vez más y como todos los años ha llegado la navidad, tiempo de celebración, de compartir en familia.

Para algunos es la oportunidad de vacacionar, o de visitar a sus parientes lejanos. Los niños la relacionan con regalos. Los jóvenes con fiestas e intercambios. Los adultos con la oportunidad de hacer arreglos e inversiones gracias a las utilidades.

Es el tiempo para dar mayor colorido a la casa, con luces, adornos alusivos a la fecha, el arbolito de navidad y el nacimiento, entre otras cosas.

A muchos todo esto les brinda un tiempo de alegría, mientras que a otros, estas fechas les generan frustración y tristeza, debido a causas como, recuerdos desagradables de las mismas, carencia de dinero para hacer mucho de lo tradicional, o bien el recuerdo de la partida de ser querido, a quien extrañamos más por este tiempo.

Cuando la Navidad, para nosotros se resume en estas cosas (fiestas, comidas, adornos, regalos, arreglos, inversiones, o bien, tristeza por alguna circunstancia), no dejará de ser un tiempo de felicidad o tristeza, de satisfacción o amargura, de logros o frustraciones; de ser una época deseada o despreciada, y todo motivado a las circunstancias que nos rodean.

Por ello es necesario que recordemos el verdadero espíritu de esta celebración, y permítame recordárselo con estas palabras:

“Cerca de ahí había algunos pastores que pasaban la noche en el campo cuidando su rebaño.

De pronto, se les apareció un ángel del Señor. El esplendor de la presencia del Señor los rodeó y se aterrorizaron.

El ángel les dijo: "No tengan miedo, traigo buenas noticias que les darán mucha alegría a todos.

Hoy en el pueblo del rey David, les ha nacido un Salvador, que es Cristo el Señor.”

Es la conmemoración del Nacimiento de Jesús, la razón de ser de estas fechas.

El nacimiento de Un hermoso niño que nació en Belén, que al hacerse hombre predicó las Buenas Nuevas de Salvación. Brindó salud, esperanza y salvación por doquier. Fue crucificado, muerto y sepultado en Jerusalén, de donde también, al tercer día de los muertos resucitó.

Un hombre que su vida dio en sacrificio para ofrecer el mejor de los regalos: “El perdón de los pecados y la vida eterna”, para todo aquel que lo reciba.

Este Jesús en quien descansamos nuestra fe, y quien posee los maravillosos dones de amar y perdonar, es quién debe ser el centro de nuestra festividad.

¿y cómo logramos hacer esto?

1. Haz que por Él y para El sea esta celebración. Deja que Jesús vuelva a nacer, pero esta vez en tu corazón, permítele llenar tu vida de su paz y de su amor.

2. Conviértete en el mejor regalo de navidad para tu familia. Y no necesitas envoltura, pero si disposición para dar lo que hay en tu interior: abrazos que transmitan amor, cariño, perdón y comprensión. Pero sobre todo ora para que Jesús derrame de sus bendiciones sobre los tuyos.

3. No permitas que la tristeza y el dolor tomen el control de tu vida. Considera que a tu alrededor, hay otras personas quienes esperan que le brindes amor, o una sonrisa, un abrazo, una atención. Deja un espacio para compartir la navidad con aquellos que hoy están contigo.

4. Finalmente te invito a ofrecerle a Jesús el mejor regalo que le puedes brindar: tu vida. Ábrele tu corazón, invitarlo a entrar, hazlo el Señor de tu vida.

Le invito a que oremos juntos en este momento, reflexionando acerca de lo que es realmente la Navidad…

Por Jesús y para Jesús sea esta celebración. Deja que Él vuelva a nacer, pero esta vez en tu corazón, y que llene tu vida de su paz y de su amor.

¡Feliz Navidad!

Juan Carlos Rada.

¿Dios representado en una imagen?


Son muchos los credos en el mundo, que reflejan a su dios o dioses con imágenes humanas o de elementos de la naturaleza. Inclusive en la tradición cristiana, se ha representado a Dios a través de imágenes. En ambos casos, los feligreses han sido llevados a adorar a Dios o sus dioses a través de dichas imágenes. En la cristiandad, no solo se adora a las imágenes representativas de Jesús, sino también de aquellos personajes relevantes de la historia del cristianismo, que han sido canonizados o beatificados y colocados prácticamente a la par de Jesucristo como mediadores entre Dios y los hombres.

Hoy quiero llamar tu atención sobre este hecho con la letra de una canción que me ha impactado mucho y que a continuación transcribo, además de colocar un video de la misma en la sección “Video Recomendado”.

Al final de la letra de la canción mencionada, también cito algunos pasajes bíblicos relacionados. Con mucho respeto te invito a leer esto y a ver el video.

Qué imagen me vas a hacer

si no sabes mis medidas;

si te fueses a los montes

madera te faltaría.

Qué imagen me vas a hacer

si no sabes mis medidas;

si de piedras las hicieras

piedras te faltarían.

Mis caminos no son tus caminos,

tú no piensas como yo pienso,

nos separa una gran montaña,

tus ideas y tus intentos.

Soy el Todopoderoso

hecho carne y sufrimiento.

No me podrás medir

por lo grande de mis hechos.

CORO

No me puedes medir,

yo soy el que soy.

No me puedes medir,

yo soy la eternidad.

No me puedes medir,

por la historia.

No me puedes medir,

por un milagro más.

Ni todo el oro del mundo

alcanzará para mis medidas;

yo soy quien sostiene el mundo

y sostiene tu vida.

Qué imagen me vas a hacer

si no sabes mis medidas;

si la tierra por mi tiembla

y las tinieblas se disipan.

Qué imagen me vas a hacer

si no sabes mis medidas;

soy el Alfa y la Omega,

soy el que te da la vida.

“No adores otros dioses además de mí. No hagas para ti ninguna imagen ni nada parecido de lo que hay arriba en cielo, ni de lo que hay abajo en la tierra, ni de lo que hay en el mar debajo de la tierra. No te inclines ante ellos ni los adores porque yo, el Señor tu Dios, soy un Dios celoso.” (Exodo 20:3-5)

“Ustedes no vieron ninguna figura el día que el Señor les habló en el monte Horeb desde el medio del fuego. Así que por su propio bien sean cuidadosos y no se corrompan a sí mismos. Por lo tanto, no hagan ningún ídolo de ninguna forma, nada de imágenes o estatuas de hombre o mujer, o de un animal en la tierra o de un ave que vuela en el cielo, o de cualquier cosa que se arrastre en el suelo o de cualquier pez que esté en el agua. También sean cuidadosos, cuando miren al cielo y vean el sol, la luna y las estrellas, y se sientan tentados a adorarlos y servirles.” (Deuteronomio 4:15-19)

"Oye, Israel: El Señor nuestro Dios es el único Señor. Ama al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y con todas tus fuerzas.” (Deuteronomio 6:4-5)

¿Has conseguido la Vida Abundante?


Vivimos momentos difíciles en el mundo porque hemos olvidado las recomendaciones del Maestro.

La sociedad se debate dentro de sus propias injusticias porque ha querido llevar adelante su forma de pensar, pasando por alto que vive en un mundo que le pertenece al Creador, quien ha dictado las leyes correspondientes para vivir en paz, justicia y felicidad.

Obstinados en la propia sabiduría humana, los hombres insisten en querer encontrar en sus filosofías, soluciones que nunca llegan y que por el contrario alejan al hombre de la verdadera vida que Dios ha dispuesto para el ser humano.

¿Cómo salimos de esta situación de incertidumbre y fracaso?

Si Dios es el creador de la vida, debemos ver que es lo que Él ha planeado para cada ser humano. Dios no quiere fracasos, no quiere injusticias, no quiere abusos, no quiere corrupción. Dios ofrece paz, felicidad, armonía, amor, bienestar, pero para que eso sea posible el hombre debe abandonar su obstinado propósito de querer guiarse por su propio pensamiento.

No necesitamos ser demasiado instruidos para darnos cuenta que si queremos que el mundo restablezca la paz y la justicia, lo que nos lleva a ser felices, debemos recurrir a la Palabra de Dios, el reglamento para vivir de acuerdo al Plan de Dios en este mundo, y obedecer sus mandamientos y ordenanzas.

Cuando Jesús estuvo desarrollando su ministerio en la tierra, dijo a quienes les seguían algo trascendente:

“Yo he venido para que tengan vida y la tengan en abundancia”

(Juan 10:10b).

Esto va más allá de lo que podría ser una vida aceptable. Nos ofrece una Vida Abundante, es decir, más allá de lo que nosotros podríamos pretender. Vivir una vida abundante es gozar de una felicidad plena y eso solo se consigue cuando permitimos que Dios guíe todos los actos de nuestra vida.

Mientras escribo estas líneas viene a mi mente una de las estrofas de una canción muy popular en nuestras congregaciones:

“Vida Abundante Jesús ofrece, vida abundante de día en día, Él es la fuente de vida eterna, que brota siempre en mi corazón”.

¿Has conseguido la vida abundante? ¿Es ella una realidad en tu vida? ¿Es ella una realidad en tu hogar? ¿Sientes que las palabras del Maestro han impactado tu vida y te han dado una fuerza efectiva para vivir en la abundancia que Él ofrece?

La vida abundante que Cristo te ofrece va mucho más allá de lo que nosotros imaginamos. Sus bendiciones son mayores que nuestros más avanzados pensamientos. El apóstol Pablo lo expresa con claridad en su 2da. Carta a los Corintios, capítulo 9, versículo 8: “Dios tiene el poder de darles más bendiciones de las que necesitan para que siempre tengan lo suficiente para ustedes y también para que puedan ayudar generosamente a toda buena causa”.

Aldo Broda

¿Qué harás? Nada ni nadie te podrá ofrecer lo que Jesucristo te ofrece. Invítalo a ser parte de tu vida, invítalo a entrar en tu corazón.

¿Por qué te conformarás con migajas, si con Jesús puedes disfrutar lo mejor?

¡Doctoras!... Madres

Cierto dia, una mujer llamada Anne fué a renovar su licencia de conducir. Cuando le preguntaron cual era su profesión, ella dudó. No sabia bien como clasificarse.


El funcionario insistió: “Lo que le pergunto es si tiene un trabajo”. "Claro que tengo un trabajo", exclamó Anne. "Soy madre."


"Nosotros no consideramos eso un trabajo. Voy a colocar ama de casa", dijo el funcionario fríamente.

Una amiga suya, llamada Marta, supo lo ocurrido y se quedó pensando al respecto durante algún tiempo.

Un determinado dia, ella se encontró en una situación idéntica. La persona que la atendió era una funcionaria de carrera, segura, eficiente. El formulario parecía enorme, interminable.


La primera pregunta fué: “¿Cual es su ocupación?" Marta pensó un poco y sin saber bien como, respondió: "Soy doctora en desenvolvimiento infantil y en relaciones humanas."


La funcionaria hizo una pausa y Marta tuvo que repetir pausadamente, enfatizando las palabras más significativas.


Despues de tener anotado todo, la joven quiso indagar. "Puedo preguntar, “¿Qué es lo que la señora hace exactamente?”

Sin un trazo de agitación en la voz, con mucha calma, Marta explicó: "Desarrollo un programa a largo plazo, dentro y fuera de casa." Pensando en su familia, ella continuó: "soy responsable por un equipo y ya recibí cuatro proyectos. Trabajo en régimen de dedicación exclusiva. La gran exigencia es de 14 horas por día, a veces hasta 24 horas.” A medida que ella iba describiendo sus responsabilidades, Marta notó el creciente tono de respeto en la voz de la funcionaria.

Cuando regresó a su casa, Marta fué recibida por su equipo: una niña de 13 años, otra de 7 y otra de 3. Subiendo a las alcobas de la casa, ella pudo oir a su más nuevo proyecto: un bebé de seis meses, probando una nueva tonalidad de voz.

Feliz, Marta tomó al bebé en sus brazos y pensó en la gloria de la maternidad, con sus multiplicadas responsabilidades y horas interminables de dedicación.

¿Mamá donde está mi zapato? ¿Mamá, me ayudas a hacer un lazo? Mamá, el bebé no para de llorar. ¿Mamá, me buscas al finalizar el colegio? ¿Mamá, vas a asistir mañana a mi baile? ¿Mamá, vas de compras? Mamá...”

Sentada en la cama, Marta pensó: “Soy la Doctora en desenvolvimiento infantil y en relaciones humanas, y... ¿qué serían las abuelas?


Y luego descubrio un título para ellas: Doctoras-mayores en desenvolvimiento infantil y en relaciones humanas.


A las bisabuelas, doctoras ejecutivas mayores.


A las tias, doctoras-asistentes.


Y a todas las mujeres, madres, esposas, amigas y compañeras: doctoras en el arte de hacer la vida mejor.

En un mundo donde se le dá tanta importancia a los títulos, en que se exige siempre mayor especialización en el área profesional, Vuélvase una especialista en el arte de amar.

PLATICA ENTRE UN CIRUJANO Y SU PACIENTE


Mañana en la mañana abriré tu corazón le explicaba el cirujano a un niño. Y el niño interrumpió: -¿Usted encontrará a Jesús allí?

El cirujano se quedó mirándole, y continuó: -Cortaré una pared de tu corazón para ver el daño completo.

Pero cuando abra mi corazón, ¿encontrará a Jesús ahí?, volvió a interrumpir el niño.

El cirujano se volvió hacia los padres, quienes estaban sentados tranquilamente.

Cuando haya visto todo el daño allí, planearemos lo que sigue, ya con tu corazón abierto.

Pero, ¿usted encontrará a Jesús en mi corazón? La Biblia bien claro dice que Él vive allí. Las alabanzas todas dicen que Él vive allí....

¡Entonces usted lo encontrará en mi corazón!

El cirujano pensó que era suficiente y le explicó:

Te diré que encontraré en tu corazón..

Encontraré músculo dañado, baja respuesta de glóbulos rojos, y debilidad en las paredes y vasos. Y aparte me daré cuenta si te podemos ayudar o no.

¿Pero encontrará a Jesús allí también? Es su hogar, Él vive allí, siempre está conmigo.

El cirujano no toleró más los insistentes comentarios y se fue. Enseguida se sentó en su oficina y procedió a grabar sus estudios previos a la cirugía: aorta dañada, vena pulmonar deteriorada, degeneración muscular cardiaca masiva. Sin posibilidades de trasplante, difícilmente curable.

Terapia: analgésicos y reposo absoluto.

Pronóstico: tomó una pausa y en tono triste dijo: muerte dentro del primer año. Entonces detuvo la grabadora. Pero, tengo algo más que decir: ¿Por qué? Pregunto en voz alta ¿Por qué hiciste esto a él? Tú lo pusiste aquí, tú lo pusiste en este dolor y lo has sentenciado a una muerte temprana. ¿Por qué?

De pronto, Dios, nuestro Señor le contestó:

El niño, mi oveja, ya no pertenecerá a tu rebaño porque él es parte del mío y conmigo estará toda la eternidad. Aquí en el cielo, en mi rebaño sagrado, ya no tendrá ningún dolor, será confortado de una manera inimaginable para ti o para cualquiera. Sus padres un día se unirán con él, conocerán la paz y la armonía juntos, en mi reino y mi rebaño sagrado continuará creciendo.

El cirujano empezó a llorar terriblemente, pero sintió aun más rencor, no entendía las razones. Y replicó:

Tú creaste a este muchacho, y también su corazón ¿Para qué? ¿Para que muera dentro de unos meses?

El Señor le respondió: Porque es tiempo de que regrese a su rebaño, su tarea en la tierra ya la cumplió.

Hace unos años envié una oveja mía con dones de doctor para que ayudara a sus hermanos, pero con tanta ciencia se olvidó de su Creador.

Así que envié a mi otra oveja, el niño enfermo, no para perderlo sino para que regresara a mí aquella oveja perdida hace tanto tiempo.

El cirujano lloró y lloró inconsolablemente.

Días después, luego de la cirugía, el doctor se sentó a un lado de la cama del niño; mientras que sus padres lo hicieron frente al médico.

El niño despertó y murmurando rápidamente preguntó:

-¿Abrió mi corazón?

Si - dijo el cirujano-

-¿Qué encontró? preguntó el niño

Tenías razón, encontré allí a Jesús.

Dios tiene muchas maneras y formas diferentes para que tú regreses a su lado.

¡Ven y ve cómo Cristo nos amó!


¡Ven y ve cómo Cristo nos amó! Nosotros no lo pusimos en nuestro lugar; Él se puso a sí mismo. Así quitó el pecado del mundo al llevarlo sobre sí. Se sometió a la muerte, que para nosotros es la paga del pecado.

Mientras repasamos los sufrimientos del Hijo de Dios, recordemos nuestro largo catálogo de transgresiones y considerémosle sufriendo bajo el peso de nuestra culpa. Aquí se echa un fundamento firme sobre el cual haga descansar su alma el pecador tembloroso.

“¡Nadie ha creído a nuestro mensaje! ¡Nadie ha visto el poder de Dios!

El fiel servidor [Jesús] creció como raíz en tierra seca. No había en él belleza ni majestad alguna; su aspecto no era atractivo ni deseable.

Todos lo despreciaban y rechazaban. Fue un hombre que sufrió el dolor y experimentó mucho sufrimiento. Todos evitábamos mirarlo; lo despreciamos y no lo tuvimos en cuenta.

A pesar de todo esto, él cargó con nuestras enfermedades y soportó nuestros dolores. Nosotros pensamos que Dios lo había herido y humillado.

Pero él fue herido por nuestras rebeliones, fue golpeado por nuestras maldades; él sufrió en nuestro lugar, y gracias a sus heridas recibimos la paz y fuimos nosotros sanados.

Todos andábamos perdidos, como suelen andar las ovejas. Cada uno hacía lo que bien le parecía; pero Dios hizo recaer en su fiel servidor [Jesús] el castigo que nosotros merecíamos.

Fue maltratado y humillado, pero nunca se quejó. Se quedó completamente callado, como las ovejas cuando le cortan la lana; y como cordero llevado al matadero, ni siquiera abrió su boca.

Cuando lo arrestaron, no lo trataron con justicia. Nadie lo defendió ni se preocupó por él; y al final, por culpa de nuestros pecados, le quitaron la vida.

El fiel servidor de Dios [Jesús] murió entre criminales y fue enterrado entre los malvados, aunque nunca cometió ningún crimen ni jamás engañó a nadie.

Dios quiso humillarlo y hacerlo sufrir, y el fiel servidor [Jesús] ofreció su vida como sacrificio por nosotros. Por eso, él tendrá una vida muy larga, llegará a ver a sus descendientes, y hará todo lo que Dios desea.

Después de tanto sufrimiento, comprenderá el valor de obedecer a Dios. El fiel servidor [Jesús], aunque inocente, fue considerado un criminal, pues cargó con los pecados de muchos para que ellos fueran perdonados.

Él dio su vida por los demás; por eso Dios lo premiará con poder y honor”.

Libro de Isaías capítulo 53 - Tomado de la Biblia en Lenguaje Sencillo

Nosotros somos la adquisición de su sangre, y los monumentos de su gracia; por esto Él continuamente intercede por cada ser humano sobre la faz de la tierra a fin de que le conozca y alcance salvación.

Cristo dio su vida como rescate por el hombre.

Por la fe en Jesús somos justificados, es decir, cuando de corazón creemos que su sacrificio y resurrección fue especialmente por cada uno de nosotros y le entregamos nuestra vida confiándosela a fin de recibir su perdón. Cuando esto sucede, Dios es más glorificado, su libre gracia se promueve, el yo es abatido y nuestra felicidad asegurada.

Debemos conocerle y creer en quien por amor llevó nuestros pecados y nos salvó de hundirnos bajo la carga llevándola sobre sí.

Comentarios de Matthew Henry, adaptado por el moderador del blog.

El Verdadero Amor

Si no tengo amor, de nada me sirve hablar todos los idiomas del mundo, y hasta el idioma de los ángeles. Si no tengo amor, soy como un pedazo de metal ruidoso; ¡soy como una campana desafinada!
Si no tengo amor, de nada me sirve hablar de parte de Dios y conocer sus planes secretos. De nada me sirve que mi confianza en Dios sea capaz de mover montañas.
Si no tengo amor, de nada me sirve darles a los pobres todo lo que tengo. De nada me sirve dedicarme en cuerpo y alma a ayudar a los demás.
El que ama tiene paciencia en todo, y siempre es amable.
El que ama no es envidioso, ni se cree más que nadie.
No es orgulloso.
No es grosero ni egoísta.
No se enoja por cualquier cosa.
No se pasa la vida recordando lo malo que otros le han hecho.
No aplaude a los malvados, sino a los que hablan con la verdad.
El que ama es capaz de aguantarlo todo, de creerlo todo, de esperarlo todo, de soportarlo todo.
Sólo el amor vive para siempre…
Hay tres cosas que son permanentes: la confianza en Dios, la seguridad de que él cumplirá sus promesas, y el amor. De estas tres cosas, la más importante es el amor.

Tomado de la Biblia, Libro Primera Carta a los Corintios, capítulo 13 (Traducción de Lenguaje Sencillo)