Pensamiento de la Semana

JESÚS dijo en una ocasión: “...Yo he venido para que tengan vida y la tengan en abundancia” (Juan 10:10b). Cuando pienso en esto, no puedo sino llegar a la conclusión, de que el propósito de Dios para con el hombre va mas allá del hecho de proporcionarle existencia física (vida), va hasta el hecho de que Él desea que esta existencia física o vida sea abundante, es decir, que sea plena, rebosante, que posea más de lo necesario de aquellas cosas que realmente proporcionan bienestar a los hombres.

El Hogar, fuerza o debilidad de una Nación

El hogar es la célula de la sociedad. Esta se construye o se desmorona de acuerdo a lo que ocurra en el hogar.

Si el hogar se construye sobre bases morales y espirituales firmes, tendremos familias sólidas y felices, tendremos una sociedad estable, pujante y creciente en todos sus ámbitos.

Si el hogar tiende a la anarquía (donde cada quién hace lo que bien le parece), si tiende a la violencia, se fractura o se desintegra, no esperemos que en la sociedad ocurra algo distinto, pues todo lo bueno o lo malo en una nación comienza en el hogar.

Si hay violencia en el hogar, la habrá en las calles. Si hay inmoralidad en el hogar, la habrá en la sociedad. Si hay carencia de valores en el hogar, de seguro que la nación sufrirá los embates de una descomposición social.

Me atrevo a decir que todo lo bueno o lo malo en un país tiene como epicentro “EL HOGAR”.

¿Harás algo al respecto?

“La fuerza de una nación está en proporción directa a la fuerza de sus familias.”

Juan Carlos y Lismary de Rada
Hacia una Vida Abundante

Cada Día Escojo...


Todo está en silencio. Es temprano. Mi café está caliente. El cielo aún está negro. El mundo aún duerme. El día se aproxima. En unos momentos llegará la estruendosamente salida del sol. La quietud del amanecer se tornará en el ruido del día. La calma de la soledad se reemplazará por el golpeteo rítmico de la raza humana. El refugio de la temprana mañana lo invadirán las decisiones que deban tomarse y las obligaciones que deban cumplirse.

Para las próximas doce horas estaré expuesto a las exigencias del día. Es ahora que debo decidir. Gracias al Calvario tengo libertad para escoger. Y por eso escojo:


Escojo el Amor…
Ninguna ocasión justifica el odio; ninguna injusticia justifica la amargura. Escojo el amor. Hoy amaré a Dios y todo lo que Dios ama.
Escojo el Gozo…
Invitaré a mi Dios a ser el Dios de la circunstancia. Rehusaré a la tentación de ser cínico… la herramienta del pensador holgazán. Rehusaré mirar a las personas como algo menos que seres humanos, creados por Dios, y rehusaré ver en los problemas algo menos que una oportunidad de ver a Dios.
Escojo la Paz…
Viviré perdonado. Perdonaré para poder vivir.
Escojo la Paciencia…
Pasaré por alto las inconveniencias del mundo. En vez de maldecir a quien toma mi lugar, lo invitaré a hacerlo. En lugar de quejarme porque la espera es demasiado larga, agradeceré a Dios por el tiempo para orar. En lugar de cerrar el puño ante nuevas responsabilidades, las encararé con gozo y valentía.
Escojo la Amabilidad…
Seré amable con los pobres, pues están solos. Amable con los ricos, pues tienen temor. Y amable con los malvados, pues así me ha tratado Dios.
Escojo la Bondad…
Prefiero andar sin un centavo antes que tomar uno de manera deshonesta. Pasaré desapercibido antes de ser jactancioso. Prefiero confesar antes que acusar. Escojo la bondad.
Escojo la Fidelidad…
Hoy cumpliré mis promesas. Mis acreedores no lamentarán su confianza. Mis asociados no cuestionarán mi palabra. Mi esposa no dudará de mi amor. Y mis hijos nunca temerán que su padre no regrese al hogar.
Escojo la Mansedumbre…
Nada se gana por la fuerza. Escojo ser manso. Si levanto la voz que sea solo en alabanza. Si cierro el puño, que sea solo en oración. Si hago exigencias, que sea solo a mí mismo.
Escojo el Dominio Propio…
Soy un ser espiritual… Después que este cuerpo haya muerto, mi espíritu remontará el vuelo. Rehúso dejar que lo que se corromperá, impere sobre lo eterno. Escojo el dominio propio. Me embriagaré solo de gozo. Solo me apasionará mi fe. Solo Dios ejercerá influencia sobre mí. Cristo será mi único maestro. Escojo el dominio propio.

Amor, gozo, paz, paciencia, amabilidad, bondad, fidelidad, mansedumbre y dominio propio. A estas virtudes yo consagro mi día.
Si tengo éxito, daré gracias. Si fracaso buscaré la gracia de Dios.
Y luego, cuando el día haya acabado, pondré mi cabeza en la almohada y descansaré.

Max Lucado (Tomado del libro “Cuando Dios susurra tu nombre”)

El Matrimonio: Una Institución Siempre Vigente


     Mucho se dice hoy en día acerca del matrimonio, se hacen estudios, análisis, discusiones, fuertes críticas, chistes, etc., lamentablemente casi todo en un sentido negativo.
     El deterioro de esta institución se hace evidente por la convergencia de varios factores, entre ellos podemos mencionar,  la siempre ascendente cifras de divorcios, de cada dos matrimonios, uno termina en divorcio;  la alternativa que representan las uniones estables de hecho (concubinatos), que según el Censo de Población y Vivienda del 2011 ascienden al 27,9% entre los mayores de 18 años, la cultura del mal llamado amor libre (uniones casuales) y añadiríamos  la falta de conocimiento de los esposos de cómo llevar la vida en pareja y hacer funcionar de manera  satisfactoria su matrimonio, siendo estos algunos de los agravantes que consideramos desdicen de la principal institución de la sociedad.
     Al matrimonio se le llama “Institución”, por ser uno de los órganos fundamentales del estado y de la sociedad. No solo porque tenga carácter legal, sino porque posee una relevancia moral única, al ser la familia, el centro de formación de valores y principios para los individuos que conforman la sociedad, por lo que su deterioro equivale al de la misma sociedad.
      De allí que debamos prestarle suprema atención a lo que en realidad es el matrimonio, conocer su naturaleza y propósito fundamental a fin de contribuir a rescatarlo y aun trabajar  para mejorar el nuestro.

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¿Qué necesita Venezuela?


¿Necesita un cambio de gobierno?     Es posible…
¿Necesita un cambio político?    Seguramente…
¿Necesita un cambio económico?    Por supuesto…
¿Necesita un cambio social?    Y lo preguntas…?
¿Necesita un cambio moral?    Con suprema urgencia…
¿Tenemos opciones?     Bueno, vienen elecciones, hay candidatos…
¿Ellos representan una solución?     Muchos venezolanos los ven así…
Pero, ¿en realidad lo son?     Pueden ser alternativas de cambio…
Ummm… ¿Necesitamos alternativas o soluciones?    Soluciones… pero es difícil…
En ningún país del mundo un presidente ha sido solución ¿lo será alguno de estos?     No lo se…
¿Necesitaremos un cambio que vaya más allá de lo gubernamental?     Siiiiii…
¿Entonces necesitamos algo más que un nuevo presidente?     Creo que si…
¿Qué crees que necesitamos?     Cambiar como sociedad…
¿Quiénes componen la sociedad?    Nosotros, usted y yo…
Entonces, ¿Quiénes necesitan cambiar?     Yo necesito cambiar…
¿Sabes cómo hacerlo?    Quizás cambiando mi manera de pensar…
¿Qué base de pensamiento usarás para eso? ¿Política, educación, etc.?     Tal vez ayuden…
Sin ánimo de desmerecerlas ¿Realmente te harán cambiar?     Creo que necesito algo más…

Te diré lo que Dios dice que necesitamos:
                                                                                                                    
“Dios amó tanto al mundo que dio a su Hijo único para que todo el que crea en él no se pierda, sino que tenga vida eterna.” (Juan 3:16)
“Dios quiere que todos sean salvos y lleguen a conocer la verdad.
Existe un solo Dios y un solo camino para que los hombres lleguen a él. Ese camino es Jesucristo, quien también fue hombre y  dio su propia vida para pagar por la libertad de todos.” 
(1 Timoteo 2:5)
 “¡Sólo en Jesús hay salvación! No hay otro nombre en este mundo por el cual los seres humanos podamos ser salvos.” (Hechos 4:12)
“Ahora pues, arrepiéntanse de sus pecados y vuelvan a Dios para que sus pecados sean borrados.” (Hechos 3:19)

Volvámonos a Dios de todo nuestro corazón, creyendo en Jesucristo como único y suficiente Salvador de nuestra condición de pecado y Él nos transformará. Asúmamos su Palabra, la Biblia, como nuestra norma de vida y Él nos bendecirá. 



Tú Decides Que Creer


·      Todas las religiones conducen a Dios = No es cierto
“Jesús le dijo: Yo soy el camino,  y la verdad,  y la vida;  nadie viene al Padre,  sino por mí”. (Evangelio de Juan 14:6)
·      Hay muchas formas de adorar a Dios = No es cierto
“Dios es Espíritu, y los que lo adoran deben hacerlo de un modo verdadero, conforme al Espíritu de Dios”. (Evangelio de Juan 4:24)
·      Los santos, vírgenes, imágenes, ídolos, etc., no se adoran sino que sirven de mediadores entre Dios y los hombres = No son necesarios
“Porque no hay más que un Dios, y un solo hombre que sea el mediador entre Dios y los hombres: Cristo Jesús.  Porque él se entregó a la muerte como rescate por la salvación de todos”. (1 Epístola del apóstol Pablo a Timoteo 2:5-6)
·      Adorar, venerar, invocar o pedir a santos, vírgenes u otros ídolos no ofende a Dios = No es verdad
“No tengan otros dioses aparte de mí.
No hagan ídolos ni imágenes de nada que esté en el cielo, en la tierra o en lo profundo del mar. No se arrodillen ante ellos ni hagan cultos en su honor. Yo, el Señor tu Dios, soy un Dios celoso”. (Los 10 Mandamientos Éxodo 20:3-5, Mandamientos 1 y 2)
“Yo soy Dios, yo soy el creador del cielo; yo soy quien formó la tierra y todo lo que en ella crece; yo soy quien da vida y aliento a los hombres y mujeres que habitan este mundo.
Yo soy el Dios todopoderoso. Ese es mi nombre. No permito que otros dioses reciban la honra y la alabanza que sólo yo merezco recibir”. (Libro del Profeta Isaías 42:1,8)
¿QUÉ DESEA DIOS QUE HAGAMOS?
·      Reconocimiento de esas acciones como pecado
“Quien esconde su pecado jamás puede prosperar; quien lo confiesa y lo deja, recibe el perdón. ¡Dios bendice a quienes lo obedecen! Pero los necios caen en la desgracia”. (Libro de Proverbios 28:13-14)

·      Arrepentimiento
"Por tanto, arrepiéntanse y conviértanse, para que sus pecados sean borrados, a fin de que tiempos de alivio vengan de la presencia del Señor”. (Libro de Hechos 3:19)
¿Qué desea darnos Dios?
·      Salvación y vida eterna
“Porque de tal manera amó Dios al mundo,  que ha dado a su Hijo unigénito,  para que todo aquel que en él cree,  no se pierda,  mas tenga vida eterna”. (Evangelio de Juan 3:16)


¡Dios mío, tú bendices al pueblo que te reconoce como Dios!
¡Tú bendices a la nación que te acepta como dueño!
(Libro de Salmos 33:12)