Pensamiento de la Semana

JESÚS dijo en una ocasión: “...Yo he venido para que tengan vida y la tengan en abundancia” (Juan 10:10b). Cuando pienso en esto, no puedo sino llegar a la conclusión, de que el propósito de Dios para con el hombre va mas allá del hecho de proporcionarle existencia física (vida), va hasta el hecho de que Él desea que esta existencia física o vida sea abundante, es decir, que sea plena, rebosante, que posea más de lo necesario de aquellas cosas que realmente proporcionan bienestar a los hombres.

Reflexiones para una Nación


Al Individuo: La Integridad
                Es sorprendente ver lo dado que somos al facilismo, a las vivezas, a la obtención de beneficios con muy poco o ningún esfuerzo.
            Si nos dan de más en el cambio, lo metemos al bolsillo. Si encontramos un celular extraviado, no lo devolvemos. Si nos toca hacer una cola para algo, buscamos la manera de colearnos. Si al cobrarnos una compra, el vendedor se equivoca en la cuenta, nos quedamos callados.
            Lo peor de todo es que actitudes como estás se han convertido en algo “NORMAL”, cotidiano y hasta propio de nuestro hecho cultural.
            Tal parece que la Integridad es la gran ausente en nuestra escala de valores.
            El rey Salomón, quien fuera el hombre más rico y sabio de su época escribió el siguiente Proverbio: 

“Es mejor ser pobre y honesto, que necio y embustero”.

A la Sociedad: La Ley de la Siembra y Cosecha
            La Corrupción es la práctica que consiste en la utilización de los cargos, las  funciones y los medios ajenos de los que se dispone, en provecho particular de sus gestores, ya sea en lo económico o de otra índole.
            Este mal aqueja, tanto a gobernantes como a ciudadanos comunes quienes están dispuestos a hacer cualquier cosa con el fin de incrementar su riqueza o de obtener algún beneficio por vía fraudulenta, siempre pensando que nada malo les sucederá.
La verdad es, que todo beneficio obtenido a expensas del perjuicio de otra persona o institución a la larga nos generará más pérdida que la ganancia recibida en el momento. No piense pues que las ganancias deshonestas, mal habidas o los negocios fraudulentos no recibirán su justa retribución.
            La Biblia nos dice: “No se engañen, nadie se burla de Dios: al final cada uno cosechará lo que ha sembrado”.

“La justicia humana podrá cegarse pero la divina no”.

A los Líderes de Gobierno: Un Buen Liderazgo
En la actualidad, uno de los grandes problemas existentes a nivel mundial es la carencia de buenos líderes, y  nosotros, en Venezuela,  no somos la excepción.
Un Proverbio Bíblico dice: “Con dirigentes honrados y sensatos hay estabilidad” (Prov. 28:2 BAD); Note usted, las cualidades que se resaltan en los dirigentes: “Honradez y Sensatez”; de igual manera, note que el resultado que generan estos líderes es “la estabilidad de la nación”.
La estabilidad ha de ser el puntal que nos permita sobrevivir como sociedad, en medio de tanta conmoción y cambios que hoy vivimos, y solo la hallaremos por medio de un liderazgo recto, integro, cuerdo y maduro. De allí que cobren tanta vigencia en el día de hoy las palabras del Apóstol San Pablo al decir: “Recomiendo que se ore por los gobernantes y por todas las autoridades, para que podamos vivir en paz y tranquilos, obedeciendo a Dios y llevándonos bien con los demás” (1 Ti. 2:2).

“Las naciones, los negocios y las familias solo son fuertes y permanecen cuando hay un buen liderazgo que las conduzca”.

A las Familias: El Hogar, fuerza o debilidad de una Nación
El hogar es la célula de la sociedad. Esta se construye o se desmorona de acuerdo a lo que ocurra en el hogar.
Si el hogar se construye sobre bases morales y espirituales firmes, tendremos familias sólidas y felices, tendremos una sociedad estable, pujante y creciente en todos sus ámbitos.
Si el hogar tiende a la anarquía (donde cada quién hace lo que bien le parece), si tiende a la violencia, se fractura o se desintegra, no esperemos que en la sociedad ocurra algo distinto, pues todo lo bueno o lo malo en una nación comienza en el hogar.
Si hay violencia en el hogar, la habrá en las calles. Si hay inmoralidad en el hogar, la habrá en la sociedad. Si hay carencia de valores en el hogar, de seguro que la nación sufrirá los embates de una descomposición social.
Me atrevo a decir que todo lo bueno o lo malo en un país tiene como epicentro “EL HOGAR”.
¿Harás algo al respecto?

“La fuerza de una nación está en proporción directa a la fuerza de sus familias”.

"Hacia Una Vida Abundante"
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