Pensamiento de la Semana

JESÚS dijo en una ocasión: “...Yo he venido para que tengan vida y la tengan en abundancia” (Juan 10:10b). Cuando pienso en esto, no puedo sino llegar a la conclusión, de que el propósito de Dios para con el hombre va mas allá del hecho de proporcionarle existencia física (vida), va hasta el hecho de que Él desea que esta existencia física o vida sea abundante, es decir, que sea plena, rebosante, que posea más de lo necesario de aquellas cosas que realmente proporcionan bienestar a los hombres.

Mejor es Dar que Recibir

Has notado que siempre o por lo general usamos este tipo de frases:

  • Me tienes olvidado(a), no me has llamado más…
  • Caray ni un mensajito me mandas…
  • No te escribo más porque nunca me respondes…
  • Yo no visito, porque a mí nadie me visita…
  • Por qué le tengo que dar dinero a esa persona, a mí nadie me da dinero yo tengo que trabajar duro para ganármelo…

Ellas definen parte de lo que es nuestra filosofía de vida. En otras palabras, somos una cultura más dada recibir que a dar. Culturalmente estamos programados para recibir, no para dar.

Esto se ve muy claramente en nuestra práctica religiosa, buscamos a Dios ¿para qué? Para que nos haga el milagrito, nos conceda la petición, para obtener su favor… en otras palabras, siempre para recibir y no para dar. Aclaro, no está mal buscar a Dios para estas cosas, además Él por su gran amor, siempre está dispuesto a dárnoslas. Solo que Dios espera de nosotros, que no solo lo veamos como quien puede hacernos un favor, sino como con quien podemos tener una maravillosa relación de amor.

Olvidamos que nuestro diseñador, “Dios”, nos hizo con todo lo necesario para dar, al punto que quienes han experimentado el privilegio de dar, encuentran mucha más satisfacción cuando dan que cuando reciben.

¿Qué podemos dar? Cualquiera de las cosas que poseemos: dinero, ropa, comida, tiempo, amor, compañía, comprensión, apoyo, perdón, un abrazo, una sonrisa, un buenos días o buenas tardes, un por favor y un gracias… en fin, si meditas un poco en esto, te darás cuenta de que somos más ricos de lo que pensamos, que tenemos mucho para dar y compartir.

Te recuerdo esto que dijo el Señor Jesús: “Uno es más afortunado cuando da que cuando recibe”.

Juan Carlos Rada