Pensamiento de la Semana

JESÚS dijo en una ocasión: “...Yo he venido para que tengan vida y la tengan en abundancia” (Juan 10:10b). Cuando pienso en esto, no puedo sino llegar a la conclusión, de que el propósito de Dios para con el hombre va mas allá del hecho de proporcionarle existencia física (vida), va hasta el hecho de que Él desea que esta existencia física o vida sea abundante, es decir, que sea plena, rebosante, que posea más de lo necesario de aquellas cosas que realmente proporcionan bienestar a los hombres.

¿Has conseguido la Vida Abundante?


Vivimos momentos difíciles en el mundo porque hemos olvidado las recomendaciones del Maestro.

La sociedad se debate dentro de sus propias injusticias porque ha querido llevar adelante su forma de pensar, pasando por alto que vive en un mundo que le pertenece al Creador, quien ha dictado las leyes correspondientes para vivir en paz, justicia y felicidad.

Obstinados en la propia sabiduría humana, los hombres insisten en querer encontrar en sus filosofías, soluciones que nunca llegan y que por el contrario alejan al hombre de la verdadera vida que Dios ha dispuesto para el ser humano.

¿Cómo salimos de esta situación de incertidumbre y fracaso?

Si Dios es el creador de la vida, debemos ver que es lo que Él ha planeado para cada ser humano. Dios no quiere fracasos, no quiere injusticias, no quiere abusos, no quiere corrupción. Dios ofrece paz, felicidad, armonía, amor, bienestar, pero para que eso sea posible el hombre debe abandonar su obstinado propósito de querer guiarse por su propio pensamiento.

No necesitamos ser demasiado instruidos para darnos cuenta que si queremos que el mundo restablezca la paz y la justicia, lo que nos lleva a ser felices, debemos recurrir a la Palabra de Dios, el reglamento para vivir de acuerdo al Plan de Dios en este mundo, y obedecer sus mandamientos y ordenanzas.

Cuando Jesús estuvo desarrollando su ministerio en la tierra, dijo a quienes les seguían algo trascendente:

“Yo he venido para que tengan vida y la tengan en abundancia”

(Juan 10:10b).

Esto va más allá de lo que podría ser una vida aceptable. Nos ofrece una Vida Abundante, es decir, más allá de lo que nosotros podríamos pretender. Vivir una vida abundante es gozar de una felicidad plena y eso solo se consigue cuando permitimos que Dios guíe todos los actos de nuestra vida.

Mientras escribo estas líneas viene a mi mente una de las estrofas de una canción muy popular en nuestras congregaciones:

“Vida Abundante Jesús ofrece, vida abundante de día en día, Él es la fuente de vida eterna, que brota siempre en mi corazón”.

¿Has conseguido la vida abundante? ¿Es ella una realidad en tu vida? ¿Es ella una realidad en tu hogar? ¿Sientes que las palabras del Maestro han impactado tu vida y te han dado una fuerza efectiva para vivir en la abundancia que Él ofrece?

La vida abundante que Cristo te ofrece va mucho más allá de lo que nosotros imaginamos. Sus bendiciones son mayores que nuestros más avanzados pensamientos. El apóstol Pablo lo expresa con claridad en su 2da. Carta a los Corintios, capítulo 9, versículo 8: “Dios tiene el poder de darles más bendiciones de las que necesitan para que siempre tengan lo suficiente para ustedes y también para que puedan ayudar generosamente a toda buena causa”.

Aldo Broda

¿Qué harás? Nada ni nadie te podrá ofrecer lo que Jesucristo te ofrece. Invítalo a ser parte de tu vida, invítalo a entrar en tu corazón.

¿Por qué te conformarás con migajas, si con Jesús puedes disfrutar lo mejor?